Suéltate el pelo mi vida Abre esos tus claros ojos Sal de esa prisión impía Ya deja atrás los enojos Olvida ya mi trastorno No estoy loco, te quiero Pregúntale a tu entorno No soy ningún perro fiero Los pájaros lo dirán Quiero ser tu paradero Las flores confirmarán Soy tu amigo no lo dudes Te subiré a las nubes Cree en tu corazón Deja de pedir perdón Por gustarte mogollón Soy experto en sonrisas Las tuyas eran sinceras Como niño o borracho No digas que te empacho Encerrada en tu despacho Soy el Sol que te ilumina Tú más rica medicina Te traigo tu vitamina Me tomé la Etumina Y no funciona contigo Sigo pensándote siempre Ya tú sabes lo que digo Mi único Dios tu ombligo Tu risa mí mejor verso Tu cuello: mi tobogán Mis labios lo probarán Tus lunares mi rosario Con ellos rezo a diario Pa' que pare el calendario Y pasear por mi barrio Con tu mano en mi mano Con tus labios en mis labios
“Amiga”https://youtu.be/6QPADqTj3rQ este, inicialmente, poema dedicado a Olena fue la última carta que pude hacerle llegar al hospital de Sant Rafael a Olena, más tarde la convertiría en canción. En esta canción como en casi todas las que dedico a Olena intento persuadirla para que acceda a que nos conozcamos mejor, para que me de una oportunidad, intento convencerla de que aunque estoy enfermo lo que siento por ella es un sentimiento lícito y normal: amor, intento dejar patente que mi amor no se debe a mi enfermedad, intento hacerle ver que soy una persona como otra cualquiera, que tiene derecho a enamorarse y que pese a lo curiosa que sea la situación por ser médica y paciente, lo que hubo entre nosotros fue especial. Seguramente ella nunca acceda ni a hacer un café conmigo, seguramente esto no me conduzca a su lado pero yo de mujeres ya paso, el sexo me la suda, cuando era más joven sólo pensaba en follar, todos los putos días, yo he sido un prenda pero ahora me encierro en mi habitación a escribir o estudiar, para que me interese una mujer tiene que ser algo fuera de serie, una persona especial y no hablo de físico hablo de mente, yo soy muy inteligente, mucho, está bien, puedes hacer cosillas pero en tus relaciones personales casi siempre vas a medio gas, por eso estoy mejor solo, yo me entiendo. Cada día que pasa estoy más loco y me importa menos estarlo. Olena es una mujer preciosa pero además es muy inteligente, ella lo sabe aprovechar, tiene su carera profesional y eso… pero, y por eso insisto, le va a costar encontrar a alguien que la llene y que le siga el ritmo, ella está rodeada de médicos y aún así no va a encontrar a nadie que la llene como yo. Aparentemente soy un indigente, me la suda todo pero sé que podría hacer feliz a Olena, sé que conmigo estaría bien, que podría ser ella misma, sin fingir, sin hacerse la tonta para agradar. La mayoría de personas muy inteligentes os encontramos a todos muy aburridos, o a casi todos, si bien es cierto que hay personas a las que les coges cariño el resto repetís todos lo mismo, sois clones y puede ser muy agobiante estar rodeado de fotocopias. Por Olena cambiaría, quizás hasta volvería a trabajar, con ella nos sentíamos tranquilos los dos, estábamos relajados.